14 mar. La salud de nuestra política
No habría querido escribir esto. Pero toca. Algún amigo, de buena fe, me dirá que es mejor que no hable de esto, que no me aporta nada de cara a la campaña electoral a la que tengo que hacer frente. Me da igual. Las injusticias son injustas siempre y no hay campaña que deba dejar que pasen por alto.
Hace algunos meses se dieron a conocer en los medios de comunicación las sospechas de irregularidades en la OPE de Osakidetza. A todos y todas nos preocupa y, evidentemente, obliga a las autoridades a tomar medidas primero para investigar lo ocurrido y, segundo, para evitar que vuelva a ocurrir. En esta vida hay que juzgar a las personas por sus hechos. Es terriblemente injusto que alguien sea sometido a un juicio público por hechos en los que no han participado. Jon Darpón ha sido el máximo responsable político de Osakidetza. Y las cosas que se han hablado de lo ocurrido en Osakidetza no son de gusto de nadie. Pero eso no convierte al Consejero en autor, ni siquiera en cómplice, de nada de lo que se dice que ha ocurrido. Al contrario. Ha buscado dar luz a todo lo ocurrido.
Jon Darpón ha cometido el pecado de haber tenido la determinación de iniciar la mayor Oferta Pública de Empleo de Osakidetza. No ha hecho nada malo. Y se le ha señalado, acusado y finalmente sacrificado políticamente sin tener nada por lo que pedir perdón. “Su cargo conlleva responsabilidades y las debe de asumir” y “la dimisión es obligada y necesaria pero eso no soluciona el problema” han dicho esta mañana dos parlamentarias obsesionadas con deforestar la política de gente válida y hacer leña, después, del árbol caído. Algo tristemente demostrativo de la salud de la política vasca, cada vez más contagiada de comportamientos más propios de otros lugares y que algunos aquí, con la chapa de abertzale en la solapa, se empeñan en traer. La culpa del Consejero fue sencillamente haber sido Consejero. ¿Cuántos médicos van a dimitir? ¿Cuántos van a reprobar los que ocupan sillones parlamentarios con el único afán de atacar a quien gobierna?
Con todo, quienes participamos en política tenemos que preguntarnos qué queremos ofrecer a la sociedad a la que tenemos que servir. Preguntarnos si todo vale, con tal de mantener este circo televisivo y carroñero en el que no importan ni las responsabilidades reales, ni el trato justo a las personas. Etxekalte, con tal de cargar la responsabilidad de todos nuestros males a quien ha dado un paso al frente para asumir una responsabilidad de Gobierno.
Jon Darpón no tenía ninguna necesidad de asumir ese cargo. Seguramente vivía mucho más tranquilo en el IMQ. Lo hizo por amor a su País. Y se lo hemos agradecido pretendiendo reprobarle por nada que él haya hecho. No creo que se mereciera este final y creo que son quienes lo han provocado quienes no deberían dormir tranquilos esta noche.
Durante este tiempo he encontrado en el Sailburu una persona cercana, con la que he podido hablar de tú a tú, un tío legal que además de la famosa OPE inició la obra del Hospital Eibar y lo puso en marcha. Una persona comprometida con su país a la que Euskadi debe agradecer su labor. Y como no está bien decir lo que deben hacer los demás sino que las cosas empiezan por uno mismo, simplemente: ESKERRIK ASKO, SAILBURU.
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