14 api. La celebración excluyente de la República española en Eibar
Bien está que recordemos la hazaña de nuestros antecesores, hecho por el cual Eibar ostenta el título de Muy Ejemplar Ciudad, reinstaurado por el Gobierno Vasco en 1981, tras cuatro décadas en las que una dictadura fascista se caracterizó por la vulneración de los derechos humanos, civiles y políticos, derechos personales y colectivos. Sin embargo, cabe señalar que hay cosas que parecen ser intrínsecas a España. Y es que, tras la transición, se ha mantenido un hilo conductor con esa España dictatorial… que también tuvo su reflejo en la República (y antes de ella), un hilo conductor que se traduce en la negación de la existencia del Pueblo Vasco como sujeto político. España ha sido y sigue siendo sinónimo de negación.
El 14 de abril de 1931 Eibar proclamó y festejó la llegada de la República. Aquella madrugada de abril, Eibar festejó que los hombres habían proclamado la República. Pues hay que recordar que las mujeres no pudieron votarla (fue precisamente con aquel Estatuto de Autonomía vasco, en todo el Estado, la primera vez que las mujeres pudieron votar), y no sólo eso: para la historia quedan también las hirientes palabras del socialista Indalecio Prieto cuando el Congreso de los Diputados aprobó su derecho a voto, calificándolo como “puñalada trapera a la República”. Recordémoslo sin tapujos: el PSOE se opuso a este progreso social que EAJ-PNV sí apoyó.
Pero volvamos a aquel glorioso 14 de abril de 1931 en Eibar. Lejos de la historia que algunos mandatarios se empeñan en reescribir, fue excluyente para con personas y colectivos de nuestra ciudad. Contaban los viejos que Joaquín Elorza, electo jeltzale de aquella Corporación Municipal, se acercaba a las celebraciones de la Plaza Alfonso XIII (a partir de aquel día, Plaza de la República, hoy Untzaga) ataviado con una ikurriña. No llegó a Untzaga. “Hi, ikurrin horreaz… etxera!”, le recriminaron.
La Euskadi que quienes somos abertzales (nacionalistas y demócratas) queremos construir es una Euskadi en la que cabemos todos y todas, pero sin renunciar a que juntos conformamos una comunidad y tenemos derecho a decidir nuestro futuro. Que nuestro Ayuntamiento reivindicara el asentamiento esas bases sería un buen punto de partida para reparar aquella injusta exclusión al edil Joaquín Elorza.
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