Errebal: ¿Truco o trato?

La noche de las almas era celebrada en estos lares. Incluso antes de que las películas americanas dieran a conocer Halloween con niños y niñas disfrazados tocando timbres a la pregunta ¿truco o trato?. La tradición de vaciar calabazas e iluminarlas ya se hacía antaño en nuestros caseríos, aquellos en los que se producían los alimentos que llegaban a nuestra mesa. Hoy no son tantos. Poco más de una docena de baserritarras se afanan cada día, aún hoy, en acercarnos a la Plaza de Mercado los productos que, no sin trabajo, nos ofrece la tierra cada temporada. Junto a ellas, una degustación, una paragüería y dos pescaderías luchan por la supervivencia de un mercado tradicional que cíclicamente se enfrenta a elegir entre susto y muerte. Un nutrido grupo de personalidades eibarresas ha suscrito recientemente PLAZARA!, el Manifiesto del pueblo de Eibar a favor de la Plaza de Mercado, que resume en una palabra lo que la mayoría de eibarreses y eibarresas dábamos por supuesto hasta hace bien poco: que quienes componen la Plaza deben regresar a Errebal, a la Plaza. Plazara! 

 

El hecho de que estas personas hayan sentido la necesidad de publicar este texto manifiesta la inquietud que genera una incertidumbre que no debiera tener razón de ser. Tras trece años de provisionalidad permanente, lluvia, frío y, en definitiva, desamparo, les dicen ahora poco menos que parten de cero. Y para más inri, pretenden tener su aprobación. ¿Truco o trato? Algo que, como era de esperar, no es entendido por la asociación de baserritarras, el sindicato agrario ENBA, y una mayoría de eibarreses y eibarresas que apuestan por un mercado digno. Un clamor popular que los partidos políticos estamos obligados a atender sin miramientos, buscando las fórmulas que resulten precisas para que este sentir mayoritario sea realidad cuando en unos meses, por fin, acaben las obras de la historia interninable de Errebal

 

En estas fechas es habitual encontrar calabazas en los puestos. Nos llegan desde Barrundi, Altzubarren, Gisasola, Mendigoitxi…. calabazas de nuestros caseríos a disposición de las y los “kaletarras”. Y sí, calabazas, bien grandes, es lo único que el gobierno municipal está recogiendo tras haber “hecho kale” a tantas personas que confiaron en su promesa. Como finalizaba la película Kalabaza Tripontzia –parte de cuya trama se desarrolla en Eibar-, hala bazan, sar dadila kalabazan, eta ez bazan, atera dadila herriko plazan. Estamos a tiempo de arreglarlo. 

 

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